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Febrero Loco

“De rerum natura” de Titus Lucretius Carus (99-55 a. de J.C.)

“De rerum natura” de Titus Lucretius Carus (99-55 a. de J.C.)

Langur

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“De rerum natura” o “De la naturaleza de las cosas” en un poema de 7400 hexámetros escrito por Lucrecio que describe la física atomista de Demócrito y la filosofía de Epicuro. Su discurso y su acercamiento a la naturaleza son realmente interesantes:

“La extremidad de un átomo es un punto

tan pequeño, que escapa a los sentidos;

debe sin duda carecer de partes:

Él es el más pequeño de los cuerpos,

ni estuvo ni estará jamás aislado;

es una parte extrema, que juntada

con otras y otras partes semejantes,

forman así del átomo la esencia.

Si del átomo, pues, los elementos.

de existencia carecen separados,

será su unión tan íntima y estrecha,

que no hay fuerza capaz de separarlos.

De simple solidez los elementos

y partes muy delgadas se componen;

su unión no es un compuesto heterogéneo,

sino simplicidad eterna. Quieren

de este modo formar naturaleza

los cuerpos, sin que alguna de sus partes

separación o menoscabo sufra.

Además, si nosotros no admitimos

de división un término preciso,

se compondrán los cuerpos más pequeños

de infinidad de partes, caminando

de mitad en mitad al infinito.

¿Qué diferencia habrá de un cuerpo grande

al cuerpo más pequeño? Suponiendo

que el todo es infinito, sin embargo,

de partes infinitas igualmente

se compondrán los átomos más breves:

Mas como la razón no lo comprenda,

convencido es preciso que confieses

que los simples corpúsculos terminan

la división y solidez eterna.”

Si quieres leerlo:

http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/01383808666915724200802/index.htm

 

And in English:

http://www.gutenberg.org/dirs/etext97/natng10.txt

 

Lucrecio, poeta capaz de introducirse en las nubes:

 

"Fuegos y vientos hay por todas partes,

de cualquier lado truena por lo mismo,

y salen los relámpagos: ya he dicho

que tienen mucha ignífera semilla

todas las nubes en su centro hueco:

Que los rayos del Sol y sus ardores

las aumentan también precisamente.

Cuando el viento amontona en su paraje

todas aquellas nubes, saca de ellas

infinitas moléculas de fuego,

con las cuales él mismo se revuelve:

el remolino entonces prisionero

en la nube se agita, y allí aguza

el rayo en medio de esta fragua ardiente.

El viento, pues, se enciende de dos modos:

Por actividad propia, o por contacto

de fuego: y cuando ya de esta manera

se encendió él a sí mismo, o recibiera

la impresión de la llama, presto el rayo

rompe la nube; entonces de improviso

luces resplandecientes va esparciendo

por todas partes, y hórrido estallido

se deja oír, como si caminaran

sobre nosotros rotas de repente

las bóvedas del cielo: todo el Globo

retiembla entonces, y de polo a polo

por todo el firmamento corre el trueno:

Porque a la vez se agitan y retumban

todos juntos entonces los nublados,

y de este general sacudimiento

nace una lluvia tan copiosa y fuerte,

que parece que quiere convertirse

en agua todo el cielo, y que de nuevo

se va a anegar la Tierra con diluvio:

Tanto asusta el sonido de las nubes

que se rompen a un tiempo, y de los vientos

que braman agitados, y del rayo

que reluce volando por los aires."

 

 

Lucrecio es capaz de explicar los movimientos de las aguas, saladas, dulces o evaporadas; de unificar el mundo en un todo único que gira en si mismo transformándose y detallar con precisión la enfermedad que, en el hombre, es el juego de los elementos que se encienden o consumen como parte de un todo. De rerum natura es un canto a la naturaleza, un poema que la explica y la vive desde dentro.

 

Ahora debo explicar precisamente

cómo la mar no sabe qué es aumento.

Admíranse de que la mar no aumenta

su volumen jamás con tantas aguas

como corren a ella y tantos ríos

como por todas partes desembocan:

junta las tempestades y las lluvias

que sobre mar y tierra caen a un tiempo

además de sus propios manantiales;

¿Dejarán, sin embargo, de admirarse

si consideran que estas aguas juntas,

con el mar extendido comparadas,

viene a ser apenas una gota?

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Titus Lucretius Carus (99-55 a de J.C)

 

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