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Febrero Loco

Carlos Fuentes rebrotó y se fué

Carlos Fuentes rebrotó y se fué

Carlos Fuentes entre Julio Cortazar y Luis Buñuel 

 

¿Cómo te puede sucumbir en el amor o en la tristeza alguien a quien no conoces?


Hace apenas unos días el nombre de Carlos Fuentes resurgía como en tantas otras ocasiones abriendo los momentos de amor, que atrajerón las palabras a través de la literatura, y ayer, bruscamente, los cerró con unas lágrimas que surgían solas.

 

 

Carlos Fuentes entró en mi vida con La muerte de Artemio Cruz (1962) así:

 

Yo despierto... Me despierta el contacto de ese objeto frío con el miembro. No sabía que a veces se puede orinar involuntariamente. Permanezco con los ojos cerrados. Las voces más cercanas no se escuchan. Si abro los ojos, ¿podré escucharlas?,... Pero los parpados me pesan; dos plomos, cobres en la lengua, martillos en el oido, una... una como plata oxidada en la respiración. Metálico, todo esto. Mineral, otra vez. (...)”

 

E irremediablemente me atrajo a su mundo, no ya tanto a lo que narraba si no a cómo te iba adentrando en lo que quería contarte, que a veces, lo peor de todo, es engañoso o se te escapa porque es resumible pero lo milagroso e irresumible es el universo inabarcable del narrador por el cual, él mismo, te pasea de la mano acariciado por su prosa hipnotizadora y magnífica.

 

Por eso quiero dejaros ese principio de la obra que me atrapó y me ha hecho hoy llorar al saber que el autor de estás milagrosas palabras a las que seguí por otros páramos nos ha dejado huérfanos de él. Quiero hacerlo así porque también a él le gustaba leer con cariño las primeras palabras, después frases, de las novelas que le habían atrapado con esos señuelos de sonoridad, porque hay que leer en voz alta para adentrarte en un mundo del que nunca sabes cómo saldrás pero en el que quieres sumergirte.

 

Y, así, Carlos Fuentes te atrapa y luego te lleva hacia atrás o hacia adelante, hasta la actualidad:

 

"Mi nombre es Ixca Cienfuegos. Nací y vivo en México D.F. Esto no es grave. En México no hay tragedia: todo se vuelve afrenta. Afrenta, esta sangre que me punza como filo de maguey. Afrenta, mi parálisis desenfrenada que todas las auroras tiñe de coágulos. Y mi eterno salto mortal hacia mañana. Juego, acción, fe -día a día, no sólo el día del premio o del castigo: veo mis poros oscuros y sé que me lo vedaron abajo, abajo, en el fondo del lecho del valle."

así decía en La Región Más Transparente (1958).

 

Después desnudaba Las buenas conciencias (1959); luego, Cuerpos y Ofrendas (1972), Terra Nostra (1975), Agua Quemada (1981) o un Cristóbal Nonato:

 

"México es un país de hombres tristes y de niños alegres dijo Ángel mi padre (22 años) en el instante de crearme. Antes mi madre Ángeles (menos de 30 años) había suspirado: "Océano origen de los dioses." Pero pronto no habrá tiempo para la felicidad y todos serán tristes, niños y viejos juntos, continuó mi padre quitándose los espejuelos redondos, violetas, con aro de oro, muy johnlenones. ¿Para qué quieres un hijo entonces?, volvió a suspirar mi madre."



O viajar por una Diana o la Cazadora Solitaria (1996) o El Naranjo o los círculos del tiempo (1993):

 

"Yo vi todo esto. La caída de la gran ciudad azteca, en medio del rumor de atabales, el choque del acero contra el pedernal y el fuego de los cañones castellanos. Vi el agua quemada de la laguna sobre la cual se asentó esta Gran Tenochtitlan, dos veces más grande que Córdoba.

Cayeron los templos, las insignias, los trofeos. Cayeron los mismísimos dioses. Y al día siguiente de la derrota, con las piedras de los tiempos indios, comenzamos a edificar las iglesias cristianas. quien sienta curiosidad o sea topo, encontrará en la base de las columnas de la catedral de México las divisas mágicas del Dios de la Noche, el espejo humeante de Tezcatlipoca. ¿Cuánto durarán las nuevas mansiones de nuestro único Dios, construidas sobre las ruinas de no uno, sino mil dioses? Acaso tanto como el nombre de éstos: Lluvia, Agua, Viento, Fuego, Basura...

En realidad, no lo sé. Yo acabo de morir de bubas. Una muerte atroz, dolorosa, sin remedio."

 

http://www.lecturalia.com/autor/457/carlos-fuentes


 

Para acabar con nuestra aventura por su interior hace unos días con la presentación de un El siglo que despierta,  una conversación entre  Carlos Fuentes y Ricardo Lago (presidente de Chile (2000-2006),  u otro honoris causa, una foto, una mirada, muchos recuerdos...

 

http://www.editorialtaurus.com/uploads/ficheros/libro/dossier-prensa/201203/dossier-prensa-siglo-despierta.pdf

 

 

Carlos Fuentes aunque nació un 11 de noviembre en Panamá era mejicano, sus padres eran mejicanos, y ayer, 15 de mayo de 2012, nos dejó en Méjico D.F. Como su padre era diplomático Carlos se enriqueció de lo diverso, al pasar temporadas en diferentes  países pero los veranos regresaba a Méjico a recuperar su raíz.  En 1975 fue nombrado embajador de Méjico en París y acogió a refugiados políticos latinoamericanos y españoles, creando lazos inolvidables.

 

http://www.youtube.com/watch?v=awJs5lxJa9M

http://www.youtube.com/watch?v=mm2WBEqViUI

http://www.youtube.com/watch?v=Sv-WOJ2e6rQ

http://www.youtube.com/watch?v=6R2DlT9i1yE

www.youtube.com/watch?v=kxLmzK48LrQ

www.youtube.com/watch?v=IBxYGr_tkMQ

 

 

 

No vale nada la vida, la vida no vale nada

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