Pete Robins & Centrics en el Jimmy Glass, fue el dia 2 de abril, martes.

El 2 de abril, martes, para los despistados, han actuado: Pete Robins & Centrics. Os decía que era un jazz de vanguardia "para no perdérselo". Y, así, ha sido, un jazz de vanguardia pero no ruidoso, machacador y en el que puedo hacer de todo; si no, siguiendo la línea de la herencia musical del dodecafonismo para arriba.

Ryan Blotnick, guitarra, ¡impresionante!, "nada lineal,hay que ondular sobre lo establecido, hacer curvas, subir y bajar, nada de líneas", insistíó. Ryan es sensible, esta ahi , en sintonia, y, ademas, son de agradecer sus conclusiones en los solos... "sin rebomborí para el aplauso", algo que ya se puede escuchar en Brad Mehldau. En definitiva "Música" ¡buena música! y una puerta con aire fresco para los músicos que se están formando ahora, pues parece que no sólo la música del conservatorio es conservatoria, si no que los músicos están en conserva.

Perry Wortman, contrabajo, mágnifico, con un bagaje clásico a sus espaldas que sabe aprovechar y desarrollar, eso es la música: juego e inteligencia; hay que jugar y transmitir; Kevin Brown, batería, la batería es el "alma mater" junto con el bajo de la formación y esta tenía una "mater alma", que eso es lo mejor que te puede pasar; y, Pete Robins, al saxo, magnifico, marcando y fluyendo, ha sido el director de orquesta, gracias por regalarnos los oídos.

El concierto, como os dije, ha sido en Jimmy Glass y de nada sirve explicar lo que no se ha visto pero los nombres se os quedaran grabados; y de Ryan Blotnick, jovencisimo guitarrista, ya auguro que traerá cola: agil, sensible, inteligente, en definitiva "músico". Seguirles la pista, la musica es el alimento del alma. Agradecerle a Chevi su buen ojo para la programación y la posibilidad que nos da a los amantes del jazz de escuchar, en silencio y reverentemente, "joyas".

Por último, un dato importante para los saxofonistas: se acabarón los problemas de cervicales y de espalda, Pete, que según dice, es el primero que lo utiliza, apoyaba el saxo sobre un artilugio, que ya existe, que consiste en un cinturón con una barra central en la espalda que va de la cintura a la parte posterior del cuello donde se apoya el colgador del saxo. De esta forma el peso del instrumento no recae sobre la parte alta de la espalda sino que se distribuye por toda la columna. Al parecer ya está comercializado. ¡A cuidarse!