William Harvey (1578-1657) descubrió la circulación mayor de la sangre
Durante mucho tiempo se creyó que la sangre no circulaba por el interior del cuerpo, se pensaba que la sangre se formaba en el hígado a partir de los alimentos y aportaba alimento a los tejidos por absorción. William Harvey hizo un estudio minucioso y tras concluir sus investigaciones arrancó así el texto en que ofreció al mundo sus conclusiones ...es hasta tal punto nuevo e inaudito lo que voy a decir, que no sólo temo el mal que me puede venir de la envidia de algunos, sino granjearme la hostilidad de todos los hombres: tanta fuerza tiene en todos, como una segunda naturaleza, la costumbre o la doctrina de que una vez se impregnó la mente...De cualquier modo que sea, alea iacta est...
Esta investigación fue publicada en 1628 en su obra Exercitatio Anatomica de Motu Cordis et Sanguinis in Animalibus (Ensayo anatómico sobre el movimiento del corazón y la sangre en los animales). En esta obra trascendental explicaba su método experimental y ofrecía una precisa descripción del mecanismo del aparato circulatorio. Debido a que carecía de microscopio, la única parte importante del proceso que omitió fue el papel desempeñado por los capilares. No obstante, postuló su existencia, confirmada no mucho después por el italiano Marcelo Malpighi. Así es que, William Harvey, explicó la circulación de la sangre demostrando que la obstrucción de una vena en el brazo interrumpia el flujo de sangre hacia el codo y no hacia la muñeca, como se habia creido hasta entonces.
En su obra detalla:
De aquí que siendo las venas como vías y vasos para conducir la sangre, hay dos clases de ellas: la cava y la aorta; distintas, no por razón de su posición como dice Aristóteles, sino por su oficio; ni tampoco como se cree generalmente, por su constitución, si no por su misión y su función. Tanto la vena como la arteria fueron ambas llamadas venas por los antiguos y no sin razón, como anotó Galeno, porque la última, es decir, la arteria, es un vaso que lleva la sangre del corazón a la periferia del cuerpo, y la primera conduce de nuevo la sangre de la periferia del cuerpo al corazón; la última es una vía que sale del corazón, la primera, una vía que vuelve a él; la primera contiene la sangre más cruda, agotada, hecha ya impropia para la nutrición, la segunda, sangre conocida, perfecta, alimentativa.
Harvey concluye:
Ha quedado enteramente confirmado por la razón y por medio de experimentos, que el pulso de los ventrículos obliga a la sangre a atravesar por los pulmones y el corazón y la empuja y la lanza por todo el cuerpo. Que luego se insinúa por las venas y por las porosidades de la carne, y por las propias venas refluye de todos los puntos de la circunferencia hacia el centro, de las venas más delgadas a las mayores y de éstas a la vena cava, hasta llegar finalmente a la aurícula derecha del corazón. También que tanta es su cantidad y tanto su flujo de aquí para allá por las arterias y de allá para acá regresando por las venas, que no es posible que se derive de los alimentos, pues sobrepasa en abundancia a los ingeridos y a los que pudieran ser requeridos para la nutrición.
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Y así, también, osó decir:
-el corazón debe ser considerado un músculo
-el momento de mayor actividad es el de la contracción ventricular, la sístole, y no, la diástole como se creía
-las aurículas se contraen juntas y primero que los ventrículos
-la contracción de los ventrículos es simultánea
-la aurícula derecha es el "ultimum moriens", la última cámara que deja de latir.
Pues, gracias a ese "dado echado" por William la medicina avanzó de forma espectacular.
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