Una galería llena de sorpresas
A menudo, paso a ver a Arístides y siempre me sorprendo con algo nuevo. Este cubano, artista gráfico y galerista inquieto, está continuamente paladeando su sueño. Y, día a día, lo veo transformarse en realidad. Lo primero fue la galería, exposiciones de nivel, incluso una colectiva de artistas suecos, Arístides se mueve, sencillo como un gato pero se mueve. Encontrarse con él es como encontrarse con un familiar, siempre está cercano, relajado, pendiente. Hoy, he pasado a verlo. Su ¿cómo estás? tan suave, ya te relaja los músculos.
La Galería-Café Imprevisual está en la calle Doctor Sumsi, 35, en Russafa, donde te dije, ahora y hasta el 17 de mayo puedes ver una exposición de Fernando Capilla. hojas impresionadas..., y más. Abre de lunes a viernes de 9.00 a 14.00 y de 17.00 a 22.00 horas, y los sábados de 9.00 a 14.00 horas y, no te pierdas sus tostadas, preparadas en bandeja con tomate, aceite, hmmmm... , bueno y parece que también es un maestro del mojito.
Pues bien, la sorpresa de hoy ha sido en la tertulia literaria de los jueves, a las 21.30 horas: Fernando Guirao de Gregorio, un joven poeta madrileño de 23 años, reciente ganador de la sexta edición del Premio Internacional de Poesía Joven Antonio Carvajal con el poemario titulado "Carta de Marear", que será editado por Hiperión. Pero sobre la mesa donde había una máquina de escribir antigua otro título se apoyaba contra la botella de cerveza "El pez en el bosque", como algo tan fuera de contexto, matizaba el autor, también publicado por Hiperión.
Fernando nos ha recitado sus poemas publicados y por publicar rodeado de sus admiradores y amigos, y ha nombrado como poeta querido al incierto François Villón, poeta francés genuino precursor, dicen, de la poesía maldita, que vivió del 1431-1463 pero que tras llevar una vida incierta y peligrosa desapareció del mapa, Fernando, en un poema, intenta llenar ese vacío del final de la vida de Villón; también, nos refiere a Garcilaso de la Vega o a Ausiàs March, con ese último poema en homenaje a él que consiguió incluir en el libro a última hora y que habla del amor como lo hizo el poeta valenciano de Gandia "un lirio entre cardos" y, como no, ha citado a Kavafis, esas velas que se apagan o aún siguen encendidas en la vida. También, un poema para Jordi Sempere que estaba allí sentado con tantos otros.
Como digo pasar por la Galería Imprevisual siempre es una sorpresa o un relajo.
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Y, ahí va un poema de Guirao:
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La noche del soldado
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So dear public I’m here to confess
That I’m the one who freed us form this mess
Love won’t be calling at your address
’Cause what you’ve never had you’ll never miss,
guessXTC, The man who murder love.
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Algunas noches nuestro amor se encoge
y la lluvia es motivo suficiente
para hacerlo temblar de cobardía
La ciudad se destiñe como un trapo
--por los desagües se le va el color
junto con las monedas y las ratas--
y la tristeza anota, sigilosa,
las señas de mi casa en su cuaderno.
Desde que discutimos, tus palabras
han estado rodando en el pasillo.
Como tigres cautivos estuvieron
todo el día afilando sus pezuñas
para hacer de mi mente presa fácil
al más leve descuido. En este instante
las escucho rugir al otro lado
de la puerta del cuarto en donde escribo.
Sin embargo, un deseo, en la mesilla,
se enciende al apagar la luz del flexo.
La ciudad, recortada en la ventana,
mansamente resiste el latigazo
de la lluvia y, con ello, ejemplifica.
Dejarlo, deponer las armas, irse.
Mi sangre colmará por el momento
el hambre de las fieras que me envías.
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Fernando Guirao. El pez en el bosque, Hiperión, Madrid, 2003
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