William Blake, (1757 1827)
On Another’s Sorrow
Can I see another’s woe,
And not be in sorrow too?
Can I see another’s grief,
And not seek for kind relief?
Can I see a falling tear,
And not feel my sorrow’s share?
Can a father see his child
Weep, nor be with sorrow filled?
Can a mother sit and hear
An infant groan, an infant fear?
No, no! never can it be!
Never, never can it be!
And can He who smiles on all
Hear the wren with sorrows small,
Hear the small bird’s grief and care,
Hear the woes that infants bear –
And not sit beside the nest,
Pouring pity in their breast,
And not sit the cradle near,
Weeping tear on infant’s tear?
And not sit both night and day,
Wiping all our tears away?
Oh no! never can it be!
Never, never can it be!
He doth give his joy to all:
He becomes an infant small,
He becomes a man of woe,
He doth feel the sorrow too.
Think not thou canst sigh a sigh,
And thy Maker is not by:
Think not thou canst weep a tear,
And thy Maker is not near.
Oh He gives to us his joy,
That our grief He may destroy:
Till our grief is fled an gone
He doth sit by us and moan.
Sobre la Desdicha Ajena
¿Puedo contemplar la desdicha ajena,
y no sentir pena igualmente?
¿Puedo contemplar la angustia de otro
y no buscarle alivio bondadoso?
¿Puedo ver una lágrima cayendo
y no sentir mi parte de desdicha?
¿Puede un padre ver a su hijo
llorar, y no llenarse de congoja?
¿Puede una madre sentarse y escuchar
cómo se lamenta un niño, cómo un niño tiene miedo?
¡No, no! ¡Jamás habrá de ser así!
¡Jamás, jamás habrá de ser así!
¿Y puede aquel que sonríe a todas las cosas
escuchar al zorzal con quejidos quedos,
escuchar del pajarillo la pena y el cuidado,
escuchar los lamentos que soportan los niños-
y no sentarse junto al nido
confortando, piadosamente sus pechos,
y no sentarse junto a la cuna
derramando lágrimas sobre las lágrimas del niño?
¿Y no estar sentado noche y día,
secando todas nuestras lágrimas?
¡Ay!, no, ¡jamás habrá de ser así!
¡Jamás, jamás habrá de ser así!
A todos nos reparte su alegría,
se convierte en un recién nacido;
se convierte en un hombre angustiado;
también siente la congoja.
No creo que puedas lanzar suspiros
y que tu creador no esté a tu lado;
no creas que puedes derramar una lágrima
y que tu creador no esté cerca.
¡Ay!, a nosotros nos entrega su alegría
que puede acabar con nuestra pena,
hasta que nuestra pena vuela y ya ha partido
se sienta a nuestro lado y se lamenta.
Poema de W.Blake de “Canciones de Inocencia y de Experiencia”
0 comentarios