Ambros Chapel van con su segundo álbum Constants are changing girando
Los valencianos Ambros Chapel salidos de aquel artesano taxidermista sorprendido por Hitchcock, casi con toda seguridad, llevan desde 2005 presentando y trabajando proyectos.
Inicialmente, Pablo Casero con su guitarra paría canciones y su encuentro con el bajista Alfred Sanchis fue una simbiosis y un germén de creación y proyectos al que se añadieron la guitarra de Manuel H, guitarra que ahora ocupa Rafa Vicente, después se añadió al cultivo el baterista Rubén, puesto que fue cedido, más tarde, a José Rodríguez y se redondearon con el teclista Vicente Ortiz.
Ellos van despacio pero moviéndose y hay algo que les sigue como reptil perezoso y penetrante, su estilo, su marca, su rastro en continuo movimiento.
Con Rome su primer Cd nos robaron el alma y ahora ya van más fuertes, con paso reptiliano más seguro aunque con sus constantes fluctuaciones, en evolución. Una evolución que deja su huella en su último álbum Constants are Changing, con esos aires de Bowie o The Cure pero personalizados que ahora llegan, dicen, con más groove.
Ambros Chapel son un animal vivo que repta, se desliza o se introduce a investigar en cualquier caverna pero siempre con el alma casera de Pablo empapada de la buena música de los 60, de los 70, de la edad de oro musical a la que da toques de jazz, de funky y hasta de bossa. Pero lo más importante es que va cargada de la sensibilidad, de la voz, del espíritu inquieto, de la atmósfera Pablo Casero.
¡Pablo es un placer escucharte!
¡Ánimo!
¡A por las adversidades!
porque
¡Queremos más!
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