Un viaje y placer gastronómico con el Chef
No se cuánto ha, ni el motivo de su atraque, El Chef descendió por la pasarela del puerto y se adentró en la mágica e imprevisible librería-cafetería Slaughterhouse de Valencia. Llegó con imágenes antañas en blanco y negro y sorpresivos menús literarios. Menús que surgían de novelas o cuentos, de entre sus frases y capítulos, alzándose como verdaderos poemas de sabor, color y textura e inteligentes adaptaciones a lo gustativo. Y, así, ha ido despertando nuestros sentidos gastronómicos y literarios para llevarnos a una especie de éxtasis, éxtanos, un nos de nos de nos.
Tras su inicial menú literario que abarcaba el género de modo amplio nos ofreció intervalos de tentaciones burgers genéricas imposibles de reproducir aquí y ahora se adentra en la especialización en obras concretas, sin ser un periodo de concretismo en sí.
Con Moby Dick, de nuestro gran Melville, inicia un viaje de sabores marinos de ultramar con los que casi da la vuelta al mundo y nos pone del revés. El viaje del ballenero Pequod en el que nos embarcamos, atraca en puertos de diversos continentes lejanos. Y el Chef nos pone sobre papel encerado una muestra mínima, perfecta, del sabor del lugar condensado que llevamos, como en un rito, hasta nuestros labios que se entreabren para dar paso a nuestra boca donde depositamos ese minúsculo milagro de arte que estalla en nuestra lengua y en nuestro paladar para llegar a nuestro cerebelo con un mensaje que no sabemos descifrar sin nuestro mapa de ruta. Quedamos así, no sé cómo es exactamente como quedamos, pero así.
Vieras, sandías, picantes y dulces, rojos y naranjas nos embarcan en un viaje en el que las ballenas nos cantan, con sonidos imperceptibles, que esta experiencia es algo parecido a la perfección. El mar está presente y la tierra, también, el fuego y la dulzura del viento marino sobre la proa. Y sabes que todos estos sabores son una condensación de todo lo que en el paladar del capitán Ahab fue osmoseando.
Sobrevivimos a la travesía sin correr riesgos solo disfrutando de un verdadero viaje y placer gastronómico. Nuestro rostro no encuentra la expresión correcta para transmitir la aventura por la que hemos navegado pero en nuestras papilas gustativas hay diálogos cargados de exclamaciones, de aventuras y de vivencias nuevas, sin movernos del taburete.
¡Viva el Chef!
¡Estamos dispuestos a otro viaje!
Sabemos que será otoñal pero no sabemos por dónde ¡sorpréndenos!
De jueves a sábado puedes hacer tu viaje, tu aventura en:
Slaughterhouse librería-cafetería-ex-carnicería
Calle Dénia, 22
Valencia (Spain)
Reserva porque hay piratas y si tienes problemas
pídele un mojito al Capitan Swift:
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